Útero retroverso, una particularidad morfológica sin gravedad | Dra. Karla Andrade

Útero retroverso, una particularidad morfológica sin gravedad

Si tu ginecólogo te ha diagnosticado un útero en retroversión y apenas te da explicaciones es porque no reviste gravedad. No es más que una variante anatómica frecuente por la que el órgano presenta una orientación diferente en la cavidad pélvica.

Definición y frecuencia del útero retroverso

El útero de las mujeres adultas está situado en la cavidad pélvica, delante de la vejiga y detrás del recto. En la mayoría de los casos el útero está antevertido, es decir, está orientado hacia delante, hacia la vejiga. “Cuando está en retroversión, el útero apunta hacia el recto”, explica Graesslin. Esta variante anatómica está lejos de ser excepcional, ya que afecta a entre un 20 % y un 25 % de los mujeres.

¿Y por qué apunta el útero hacia atrás en vez de hacia delante? “Por puro azar”, responde el experto. “Los trabajos científicos sobre este tema son limitados, justamente porque la posición del útero no tiene demasiada importancia. En cualquier caso, parece que esta condición no sería hereditaria”.

La retroversión del útero puede ser primitiva, lo que significa que el órgano ha adquirido esta posición de manera natural a lo largo del proceso de desarrollo. En estos casos, la detección tiene lugar durante los exámenes ginecológicos de rutina. La retroversión uterina también puede ser secundaria. “Inicialmente, el útero está antevertido, pero gira fruto de una anomalía que aparece en la pelvis, como un fibroma o una adherencia”, agrega el ginecólogo. Las retroversiones secundarias pueden sobrevenir durante el postparto. “Los ligamentos que mantienen el útero pueden distenderse e incluso desgarrarse tras el parto y esto puede provocar una retroversión transitoria”.

Síntomas y consecuencias del útero retroverso

La retroversión del útero suele señalarse como una de las causas posibles de los dolores menstruales y durante las relaciones sexuales. Pero esta condición anatómica no puede ser la única responsable de los dolores, tal y como explica el doctor: “Los dolores menstruales están relacionados con las contracciones del útero durante la regla. Estas contracciones pueden variar en intensidad y ser más o menos dolorosas. La intensidad puede ser la misma en el útero anteverso que en el retroverso. Aunque los dolores podrían ser un poco más frecuentes en el último caso”. Se ha detectado otro problema relacionado con los dolores menstruales vinculados al útero retroverso. Se cree que esta posición podría afectar al flujo menstrual, que se quedaría retenido en la zona del istmo (entre el cuerpo y el cuello del útero). “Los datos, sin embargo, tienden a contradecir esas afirmaciones”, matiza Graesslin.

Los dolores durante las relaciones sexuales son más probables. “La explicación es puramente mecánica. A causa de la retroversión uterina el pene puede chocar contra el cuello durante las relaciones. Esta parte del útero es particularmente sensible. De ahí que pueda haber molestias e incluso dolor”, explica el ginecólogo. Algunas mujeres dicen sufrir molestias muy a menudo y otras solo cuando tienen relaciones sexuales muy “profundas”. “Hay muy pocos estudios sobre el tema y los que existen se han hecho en un número muy reducido de pacientes”, relativiza el experto. “Por ese motivo hay que ser muy prudentes a la hora de interpretarlos y no descartar que las molestias respondan a otros motivos”.

Útero retroverso, embarazo y parto

La posición del útero no tiene consecuencias sobre el desarrollo del embarazo. Primero, la fertilidad no se ve afectada por la posición del útero. “La infertilidad no puede explicarse únicamente por la inclinación del órgano. Otros factores asociados a la retroversión, como la endometriosis, son los que pueden causarla”, comenta el médico.

A lo largo del embarazo el útero retroverso adquiere naturalmente una posición de anteversión como consecuencia de su propio peso. “Habitualmente la retroversión se corrige por si sola y el útero se verticaliza hacia el principio del cuarto mes de embarazo”, explica Graesslin. Para los pocos casos en los que el útero se mantiene en posición de retroversión existen dos explicaciones. La primera es una “retención aguda de orina”. El cuello del útero se apoya en la vejiga y en la uretra, impidiendo la salida de la orina. La segunda es un “encarcelamiento del útero”, una retroversión no corregida que afecta al desarrollo. “Hay hipótesis que explican la frecuencia con que aparecen dilataciones venosas (varices pélvicas) derivadas de la retroversión uterina o incluso del descenso de órganos tras el parto, pero tampoco hay pruebas fehacientes en este sentido”.

Si la retroversión no se corrige sola al final del primer trimestre, una simple maniobra digital por vía vaginal permite girar el útero hacia la posición anteversa. De esa manera el embarazo podrá desarrollarse con normalidad.

“En muy raras ocasiones la encarcelación uterina se detecta demasiado tarde”, admite el experto. Esto dificulta el parto vaginal, por lo que puede considerarse la posibilidad de recurrir a una cesárea. En cualquier caso, el útero retroverso por si solo no aumenta las probabilidades de hacer una cesárea, y tampoco las complicaciones durante el embarazo o el parto. Las mujeres pueden estar tranquilas”.

Útero retroverso: ¿cuándo requiere tratamiento?

Útero retroverso: ¿cuándo requiere tratamiento?

Es difícil hablar de tratamiento cuando no hablamos de una patología. Si el útero retroverso no provoca dolor ni molestia es inútil corregir su posición. En el caso de dolores invalidantes, el ginecólogo buscará otras causas que puedan provocarlos. Solo una vez que haya descartado las demás hipótesis verificará que los dolores pélvicos puedan achacarse a la retroversión del útero. “Para ello colocamos en la vagina un pequeño dispositivo llamado pesario, que es como un anillo de caucho y que ayudará a inclinar el útero hacia delante. Si los dolores se atenúan o desaparecen puede barajarse la posibilidad de recurrir a una cirugía correctora”, explica Graesslin.

La cirugía, de todos modos, es opcional. Se realiza mediante laparoscopia y consiste en recolocar los ligamentos que mantienen el útero en la cavidad pélvica para inclinar el útero hacia delante. “Estas intervenciones permiten obtener buenos resultados, pero, una vez más, los estudios se han hecho con un número muy reducido de pacientes”, agrega el experto.

“En cambio, la cirugía puede ser útil para las mujeres que presentan un útero retroverso permanente como consecuencia de un parto, cuando los ligamentos que sostienen el útero se han estirado. La intervención permite recolocar el útero correctamente y aliviar los dolores”, concluye Graesslin.

¿Te puedo ayudar?